SEIS MOMENTOS HISTÓRICOS DEL SANTO CRISTO YACENTE DEL CALVARIO
La presencia del Señor Sepultado o Santo Cristo Yacente del Calvario y su poderoso caudal devocional en el ideario nacional están constituidos por una gran cantidad de momentos históricos a lo largo de distintas etapas. En esta reseña se destacarán seis de ellos, ubicados en lo que podría llamarse la historia contemporánea del Calvario, a partir de la segunda mitad del Siglo XX.
Momento #1: La transformación de su procesión de Viernes Santo
El Viernes Santo 19 de abril de 1957 el Santo Entierro del Calvario implementó una serie de innovaciones, entre ellas, la realización del ceremonial de la crucifixión y el descendimiento. Por primera vez, el Santo Cristo Yacente fue mostrado luciendo únicamente cendal de pureza y totalmente al descubierto sin la tradicional urna.
El adorno fue elaborado por el reconocido artista plástico Max Saravia Gual quien diseñó un elegante decorado compuesto de un catafalco de terciopelo rojo, rodeado de teas y hachones unidos por cadenas.
Una verdadera marea humana inundó las calles aledañas al Templo del Calvario las que habían sido previamente convocadas por medio de una fuerte campaña publicitaria. Días después, el extinto diario “El Imparcial” no pudo haber descrito de mejor forma el suceso al haber reportado que la Hermandad Cruzados de Cristo “echó la casa por la ventana”.
Momento #2: La peregrinación a la Antigua Guatemala
El primer sábado de cuaresma 2 de marzo de 1968, el Santo Cristo Yacente del Calvario fue llevado en peregrinación a la ciudad de La Antigua Guatemala con motivo de los 325 años de su creación, fecha fijada en 1670 con base a las investigaciones calificadas por los expertos como de poco rigor histórico, publicadas por Víctor Miguel Diaz en su obra “Las Bellas Artes en Guatemala”.
Las crónicas periodísticas destacaron como nota los cinco mil devotos que acompañaron a pie al Señor Sepultado durante su trayecto. A eso de las 2 de la tarde del sábado 2, el Señor fue portado en andas desde su templo hasta la Avenida Bolívar en donde fue colocado en una plataforma rumbo a la ciudad colonial. Varias alfombras fueron elaboradas por sus devotos a su paso por el Mercado Sur 2, conocido como “La placita”. Una enorme caravana de vehículos y buses precedía el viaje del Cristo Yacente en medio de gran júbilo.
El primer domingo de Cuaresma, la sagrada imagen recorrió en procesión las principales calles de La Antigua Guatemala acompañado por las hermandades de pasión antigüeñas en una jornada de grata recordación. En dicha ocasión, el anda llevó -con algunas variantes- el adorno del Viernes Santo de 1965 con una pirámide blanca y 4 lámparas eléctricas en las esquinas.
Momento #3: primer paso frente a Catedral Metropolitana:
En la década de 1940 se produce un acuerdo entre la Hermandad del Señor Sepultado de Santo Domingo y la Hermandad Cruzados de Cristo de no interferir en sus respectivos recorridos, derivado de algunos hechos suscitados en años anteriores. Fue así, que el Señor Sepultado de Santo Domingo no pasaba más allá de la 12 calle y el Santo Cristo Yacente únicamente llegaba hasta la 13 calle.
Paulatinamente, dicho acuerdo quedó en desuso y olvido por lo que para el viernes santo 5 de abril de 1985 la Hermandad Cruzados de Cristo salió de su recorrido antiguo para arribar por primera vez a Catedral Metropolitana.
La prensa de la época consignó la salida de la procesión a las 15:20 con el siguiente recorrido: 18 calle, 7ª. Avenida, Municipalidad, 19 calle y 1ª. Avenida, 1ª. avenida y 15 calle, parque La Concordia, 5ª. avenida y 12 calle, parque Centenario, Catedral Metropolitana, 7ª avenida. y 12 calle y entrada al templo a las 23:15.
Esto supuso un cambio profundo en su tradicional recorrido conservado por casi cuatro décadas que se desarrollaba en buena parte en el sector sureste de lo que hoy se conoce como “Centro Histórico”.
Con esta modificación, pasaron a la historia puntos clásicos del recorrido tales como el paso frente al edificio de Sanidad Pública (9ª. Avenida y 14 calle “A”) así como el crucero de la 12 avenida y 14 calle.
Momento #4: la ampliación del anda procesional
Los muebles procesionales ocupan un lugar especial en el imaginario social en torno a la Semana Santa. Un anda transmite aspectos artísticos, estéticos y emotivos en los espectadores. En el caso del Calvario, pueden ubicarse a partir de 1957 por lo menos tres andas.
La primera conocida como “de conchas” utilizada desde 1957 hasta 1969. De 1970 a 1979 se utilizó un mueble con faldones en forma de “Copa” y caracterizada por un elegante cordón y borlas doradas que rodeada sus cuatro lados. Fue en 1980 cuando se registra el estreno del anda actual conocida como “El Partenón” con capacidad para 70 cargadores.
No fue hasta 1991 que se amplió a 120. Al año siguiente, se realiza el incremento a 140 brazos y se aumenta el faldón alrededor de diez centímetros de altura. Estas últimas dimensiones cumplieron el pasado Viernes Santo de 2022, treinta años de realización.
Aunque se escucha frecuentemente sea calificada como “el anda más grande del mundo” es necesario aclarar que sí lo es gracias a su longitud de casi 25 metros. No obstante, en términos de capacidad es superada por el trono de la Virgen de la Esperanza de Málaga con capacidad para 257 cargadores y 300 personas en la similar utilizada en la procesión de resurrección de Ayachucho, Perú.
Momento #5: «El Señor santifique con su poder esta imagen»
Uno de los más grandes momentos históricos indudablemente fue la Consagración doble de las sagradas imágenes. Al filo del medio del 19 de noviembre de 1989 hizo su arribo a Catedral Metropolitana la procesión triunfal de las imágenes del Santo Cristo Yacente y la Santísima Virgen de Dolores.
El cortejo procesional había iniciado a las 9:00 hrs de ese día rumbo al Centro Cívico, 19 calle, 1ª. avenida, 6ª. calle, 5ª. avenida, 8ª. calle. El ceremonial litúrgico, transmitido por primera vez en directo por televisión abierta, fue oficiado por el Arzobispo Metropolitano, Monseñor Próspero Penados Del Barrio quien ungió la sagrada imagen del Cristo Yacente con la oración “𝘌𝘭 𝘚𝘦𝘯̃𝘰𝘳 𝘴𝘢𝘯𝘵𝘪𝘧𝘪𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘰𝘯 𝘴𝘶 𝘱𝘰𝘥𝘦𝘳 𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘪𝘮𝘢𝘨𝘦𝘯 𝘥𝘦 𝘯𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰 𝘚𝘦𝘯̃𝘰𝘳 𝘑𝘦𝘴𝘶𝘤𝘳𝘪𝘴𝘵𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘹𝘱𝘳𝘦𝘴𝘦 𝘤𝘰𝘯 𝘶𝘯𝘢 𝘴𝘦𝘯̃𝘢𝘭 𝘷𝘪𝘴𝘪𝘣𝘭𝘦 𝘦𝘭 𝘮𝘪𝘴𝘵𝘦𝘳𝘪𝘰 𝘳𝘦𝘥𝘦𝘯𝘵𝘰𝘳 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘮𝘶𝘦𝘳𝘵𝘦 𝘥𝘦𝘭 𝘚𝘦𝘯̃𝘰𝘳 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰𝘴 𝘩𝘢 𝘵𝘳𝘢𝘪́𝘥𝘰 𝘭𝘢 𝘴𝘢𝘭𝘷𝘢𝘤𝘪𝘰́𝘯 𝘺 𝘭𝘢 𝘷𝘪𝘥𝘢, 𝘢𝘮𝘦́𝘯”.
Posteriormente, se dirigió a la Santísima Virgen para ungirla en frente, manos y pies y dirigir la oración “𝘌𝘭 𝘚𝘦𝘯̃𝘰𝘳 𝘴𝘢𝘯𝘵𝘪𝘧𝘪𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘰𝘯 𝘴𝘶 𝘱𝘰𝘥𝘦𝘳 𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘪𝘮𝘢𝘨𝘦𝘯 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘚𝘢𝘯𝘵𝘪́𝘴𝘪𝘮𝘢 𝘝𝘪𝘳𝘨𝘦𝘯 𝘔𝘢𝘳𝘪́𝘢 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘹𝘱𝘳𝘦𝘴𝘦 𝘤𝘰𝘯 𝘶𝘯𝘢 𝘴𝘦𝘯̃𝘢𝘭 𝘷𝘪𝘴𝘪𝘣𝘭𝘦 𝘦𝘭 𝘮𝘪𝘴𝘵𝘦𝘳𝘪𝘰 𝘥𝘦𝘭 𝘥𝘰𝘭𝘰𝘳 𝘩𝘶𝘮𝘢𝘯𝘰 […] Amén»
Posterior a la finalización de la ceremonia, las consagradas imágenes fueron situadas nuevamente en sendas andas procesionales para emprender su retorno al templo El Calvario en una procesión apoteósica que a más de alguno hizo recordar un Viernes Santo tradicional en La Nueva Guatemala de la Asunción.
Momento #6: «La procesión de toda una ciudad»
La emergencia sanitaria de los años 2020 y 2021 representó grandes desafíos para la normal realización de las tradiciones de Cuaresma y Semana Santa. Entre picos cada más vez altos de contagios, tasas altas de letalidad y el desarrollo, masificación y urgente aplicación de la vacuna junto a las restricciones de movilidad y agrupación para frenar los contagios, la esperanza de una eventual Semana Santa 2022 era una luz al final del túnel.
Afortunadamente, entrado el 2022 las condiciones fueron tornándose favorables entre indicadores semanales que, en forma de semáforos, iban marcando la pauta para una posible organización de las hermandades de pasión, de cara una posible Semana Mayor.
Fue así, que llegado el momento y en medio de un clima de creciente confianza, la Hermandad Cruzados de Cristo anunció la realización de la tradicional procesión del Santo Entierro con un recorrido totalmente nuevo que ofrecía condiciones adecuadas de circulación de aire y espacio.
La expectativa aumentaba, la venta de turnos se desarrollaba bajo gran demanda para finalmente, llegado el día, presenciar una procesión sui generis, inédita, novedosa e inolvidable. Desde el momento que las monumentales andas viraron sobre la sexta avenida en dirección al sur, miles de personas se concentraron en los amplios espacios que ofrecían las zonas 4, 9 y 10 de la Ciudad. La elegante Avenida Reforma, trazada por gobiernos liberales que buscaban socavar a la Iglesia Católica, se rindieron a una multitudinaria muestra de fe y devoción para muchos y de asombro y espectacularidad para otros.
Sectores impensables para presenciar una procesión tales como el área de hoteles de la zona 10, la Plaza España, la Torre del Reformador, Plaza de la República, entre otros, se constituyeron en impresionantes escenarios de gran vistosidad y acústica para una puesta en escena única y quizás irrepetible.
Y fue así como El Calvario marcó un nuevo momento histórico, no sólo dentro de su historia sino en el de toda la Semana Santa de Guatemala.
