La fiesta de la exaltación de la Santa Cruz inicia un 14 de septiembre del año 335, en que fue consagrada la Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén y en ese mismo día en el siglo VII las hordas cristianas recuperan la reliquia de la Santa Veracruz de Cristo de las manos de infieles persas.
Esto motivó que toda la cristiandad unida en un sólo corazón en aquella época celebrara la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.
El misterio de la Cruz unido intrínsecamente a la meditación de la Pasión de Cristo queda en el pueblo devoto comprendida su celebración a las cofradías de la Veracruz, que con la llegada de los españoles a Guatemala se realiza en forma festiva junto a la celebración de la Cruz de mayo (Invención de la Santa Cruz).
Siendo la fiesta de la Invención la conmemoración del hecho de haber encontrado la Cruz y la fiesta de septiembre de la Exaltación de la Santa Cruz una invitación a rememorar la pasión del Señor, la Santa Madre Iglesia une al misterio de la Divina Redención, el misterio de los Dolores de la Augusta Co-Redentora de la humanidad: María Santísima.
Así como al día siguiente en que la Iglesia homenajea con toda solemnidad el Sacratísimo Corazón de Jesús, celebra el Inmaculado Corazón de María, une el amor de dos corazones por el mundo; ahora en septiembre la Iglesia nos invita a meditar unido el dolor redentor de Jesús en la Cruz (14 de septiembre), con el dolor de su Madre la Siempre Virgen María (15 de septiembre).
La relación entre la festividad de la exaltación de la Santa Cruz y la festividad de la Virgen de Dolores
A la luz de esta festividad de Nuestra Señora de los Dolores, vieron su independencia las Naciones de Mesoamérica (México y Centroamérica) pues en la fiesta patronal del pueblo de Dolores, Guanajuato en México, el cura párroco Miguel Hidalgo y Costilla proclamó el famoso grito de dolores en 1,811, diez años después en conmemoración de esta gesta las provincias de Chiapas y el Soconusco intentan separarse del Reino de Guatemala y anexarse a México, razón por la que se obliga a las autoridades del Reino de Guatemala a proclamar su independencia.
Es pues el culto a Nuestra Señora de Dolores motivo para meditar su unidad al Dolor Redentor de Jesús y unir los dolores de nuestros pueblos y pedir por la santificación y bienestar de nuestas naciones.