ORÍGENES, ERECCIÓN Y FUNDACIÓN DEL PUEBLO DE ESQUIPULAS PALO GORDO, SAN MARCOS.
BAJO LAS ALAS DE LA CRUZ DEL CRISTO MORENO.
ENTRE LA LEYENDA Y LA REALIDAD.
El municipio de Esquipulas Palo Gordo a escasos kilómetros de la cabecera
departamental de San Marcos, es por mucho, el centro de peregrinación de inicios de año más importante del occidente de Guatemala, en honor al Cristo Crucificado de Esquipulas, cuya devoción se remonta a la época colonial y es quizá uno de los primeros poblados ajenos a Santiago Esquipulas en el antiguo Corregimiento de Chiquimula de la Sierra, que fomenta el culto y tiene por patrón al Santo Cristo Negro de Esquipulas.
Son miles de peregrinos quienes año con año se dan cita a dicho municipio a venerar una pequeña y barroca escultura de Jesús Crucificado, con el tono moreno oscuro, pero con señales de sangre y lágrimas, tal cual luciría el aspecto el original Señor de Esquipulas en los tiempos coloniales, en los que seguramente fue tallada esta pequeña réplica. Chiapas y el Soconusco, Quetzaltenango, San Marcos y hasta Totonicapán asisten cada año a Palo Gordo a “adorar al Señor de Esquipulas “.
Como toda imagen venerada sus orígenes se han llenado de leyendas que será difícil hacerlas desaparecer del ideario popular a través de veneraciones a la luz de documentos de archivo, pero acá develaremos su verdadero origen.
LA LEYENDA DE ESQUIPULAS PALO GORDO:
Según la leyenda difundida ampliamente entre la población y transmitida de generación en generación, eran los tiempos muy remotos, tan remotos que el año queda en el olvido y pasa a segundo término, cuando unos extraños misioneros o peregrinos, se transportaban hacia la zona cálida del Soconusco, hoy en territorio mexicano, llevando una preciosa carga entre sus más cuidados bienes LA IMAGEN DEL SEÑOR DE ESQUIPULAS, que traían con rumbo a su lugar de origen procedente de Chiquimula. Al pernoctar en el sitio conocido como del “Palo Gordo”, en el hogar de una señora llamada Leandra dejaron la Imagen en el pequeño oratorio familiar, al día siguiente dispuestos a continuar su camino recogieron la Imagen y esta se pesó (tradición repetitiva en lo que respecta a las leyendas de santos patronos de los distintos lugares) e hizo su morada entre los marquenses, quedándose para siempre en Palo Gordo, al resguardo de doña Leandra.
LA REALIDAD HISTÓRICA
ORÍGENES DEL PUEBLO DE PALO GORDO Y SU DEVOCIÓN AL SEÑOR DE ESQUIPULAS:
Corría el año 1,814 cuando fray Ramón Cassaus y Torres, arzobispo de Guatemala, visitó el antiguo Curato de Sacatepéquez de los Mames, convento mercedario administraba la basta región con sede en el pueblo de San Pedro, basado en el informe de don Pedro Cortés y Larraz de 1,770 en el cual ordena se vaya construyendo convento propio para el Barrio de San Marcos, por ser el poblado más habitado del Valle, ordenó la creación del nuevo curato de San Marcos y nombra como su primer cura párroco y vicario foráneo al tres veces provincial, padre, doctor y maestro Fray Mariano José López Rayón, este con el objeto de ampliar el territorio espiritual y material de su nueva parroquia a beneficio de la Orden Mercedaria, sugirió a la real audiencia de Guatemala, que por ser San Marcos el pueblo con mayor número de habitantes, se enviaran familias de españoles y ladinos residentes en el mismo a rehabitar los pueblos de la “tierra caliente” y se fundaron nuevos como San Rafael Pie de la Cuesta, San José el Rodeo, Río Blanco y el del Señor de Esquipulas de Palo Gordo, con el paso del tiempo.
Corría el año 1,824 cuando ante el párroco de San Marcos, Fray Juan Altamirano, se presentó don “Calletano Escobar” (sic) cuyo documento parcialmente actualizado y mejorado para hacer más fácil la comprensión del amable lector, reza así: “Marso catorse de 1000 800 20 y 4 Ante vuestra paternidad mui reverenda como mas aya lugar y convenga comparezco y
digo que ase sincuenta años a que somos criados debosion el sr. De Esquipulas por mi finado padre y en su fallecimiento nos dejó eredados que ahora son trese familias a más de siquenta poco mas que prometen reunirse a aquel lugar si su paternidad se sirve de darnos lisensia para pasarnos a su señoría ilustrísima a fin de que se nos permita lisensia para aser un oratorio para colocar en el la imagen arriba dicha. Siendo corresponsables de los derechos de la parroquia y de la lisensia por no poder dejar aquel lugar por los grandes inconvenientes que resultan a nuestras labranzas y por que como es camino real y transitable de diversas tierras y reparadero de todos los comerciantes que van y vienen …”
En resumidas cuentas solicitaban pasar al señor arzobispo de Guatemala con el fin de que se les autorizara la construcción de un oratorio al Señor de Esquipulas, imagen que poseían desde hacía 50 años, eso nos remonta al año 1,774, en plena etapa del final del período barroco del arte guatemalteco, en que coincide dicha imagen en estilo. Su argumento principal fue el de no poder dejar el sitio a pesar de estar tan cercano a la cabecera de San Marcos por el motivo de ser lugar de “reparadero” de bestias y descanso de muchos comerciantes, que por ser el antiguo camino real desde Chiapas hasta Guatemala, era muy transitado. La respuesta de Fray Juan Altamirano no se hizo esperar y de inmediato elevó la solicitud al señor arzobispo de Guatemala el cual meses después responde que debía realizarse un censo en dicho poblado. El cura párroco de San Marcos que a la sazón era don Francisco Sánchez de León inmediatamente ordena el censo del que envía resultados al arzobispado de manera que no se aplace la construcción del oratorio solicitado, profetizando con las palabras “la población no está mal arreglada y con el discurso de algunos años será el Palo Gordo un nuevo pueblo…”, documento de fecha 5 de febrero de 1,825.
La respuesta definitiva no se hizo esperar, el 10 de febrero de 1,825 responde el señor arzobispo:
“por lo que a nos toca concedemos la licencia conducente para la fábrica del oratorio que se aspira en la presentación anterior, con tal que se verifique con la decencia y seguridad correspondiente… Yo El Arzobispo… ante mí José M.Herrarte Provisor del Arzobispado…”
El expediente culmina con las primeras certificaciones de bautismo realizados ya en el nuevo oratorio, que desde entonces se ha convertido en centro de peregrinación al Cristo Negro en el occidente de Guatemala, desde donde realiza importantes milagros y bendiciones a quienes llegan a pedirle con fe. En 1,835 se funda la cofradía cuyo libro también se encuentra resguardado en el archivo histórico de la Catedral de San Marcos.