Saltar al contenido

El Viernes Santo que el Sepultado Recoleto sanó mi corazón.

Anécdota de Luis Alfredo

Era Viernes Santo del año 2013 estaba Frente al Palacio Nacional esperando la llegada de la Procesión del Sepultado Recoleto (soy honesto que en ese entonces no era muy devoto) y recuerdo que ese Viernes Santo no iba muy convencido, pero con el fin de convivir con mi familia decidí acompañarlos.

Ese Viernes tuve sentimientos encontrados ya que después de cinco años de ser parte de la organización de una Vigilia Pascual, ese año me encontré con una Semana Santa sin mayor movimiento para mí y en mi corazón había mucha tristeza porque ya no formaba parte de la organización de la Vigilia. A eso de las 7:25pm asomaron los Estándares de la Procesión, y se sentía ese olor único del incienso.

Nos sentamos con mi familia para ponernos en oración, y así recibir el mensaje que Dios nos traía por medio de la Procesión. Cuando pasó el Sepultado Recoleto frente a mí, empecé a sentir un escalofrío en todo mi cuerpo, me impresionó ver la alegoría del anda, ver a los dos leones halando la carroza donde venía el Sepultado Recoleto, sonó el timbre para bajar las andas un momento. Yo seguía sintiendo el escalofrío detuve mi mirada en el Sepultado, ví sus ojos entre cerrados y no pude contenerme empecé a llorar como un niño y le dije: «SANA LO QUE TENGAS QUE SANAR SEÑOR» sentí la mirada del Sepultado Recoleto sobre mí y me dijo: «Yo morí por amor a ti, por lo que nadie tiene derecho a juzgarte».

Luego se levantaron las andas y empecé a sentir esa Paz que por mucho tiempo no habia sentido. En ese momento le dije a mis hermanos que fuéramos a ver la Entrada y así lo hicimos, lo acompañamos el resto del recorrido y luego nos adelantamos al templo a esperar la Entrada. Viví una experiencia inexplicable y recordé las palabras de San Agustín: «Tarde te amé hermosura tan antigua y tan nueva».

Desde ese Viernes Santo lo acompañamos todos los Viernes Santos, vamos a ver su Entrada y todos los Viernes Santo se derraman mis lágrimas al escuchar la Marcha Fúnebre de Chopin y Sudor De Sangre de Fray Miguel Murcia, ya que me regresa a ese Viernes Santo de 2013. Para gloria de Dios este fue mi primer año de llevarlo en hombros y le dije nuevamente esas palabras «Sana lo que tengas que sanar» y sencillamente no quería que terminara el turno.

Agradezco a Cucurucho en Guatemala por dar estos espacios para dar el testimonio de lo que Dios hace por medio de las Procesiones. Agradezco a Dios por la oportunidad de formar parte de las filas y agradezco a quien considero mi Padrino Cucurucho Luis Herrera, quien es devoto de Jesús del Consuelo y del Sepultado Recoleto por enseñarme tanto de las procesiones.

¿Qué anécdotas tienes para compartir?