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13 de Agosto, día del Pésame a San Juan. Según una antigua tradición, la Iglesia conmemora este día la DORMICIÓN o TRÁNSITO de la Virgen María, la Madre de Dios.
Como bien sabemos es al Apóstol y Evangelista San Juan a quien el Señor Jesús desde la cruz encomendó a su Santísima Madre y por ende este apóstol sería quien estuvo a su lado en el momento de su partida de este mundo.
En documentos cristianos de los siglos II, III, IV y V, sobre la Asunción en Cuerpo y Alma a los cielos de la Santísima Virgen, se dice que fue este apóstol quien se encargo de notificar la noticia del próximo tránsito a los demás apóstoles y todos asistieron al Tránsito de María, excepto Santo Tomás.
Al sepultar el cuerpo virginal, se oyeron cantos angelicales anunciando la resurrección de María.
Al tercer día llega Santo Tomás y al querer ver por última vez el cuerpo de la Virgen, pide que le renuevan la piedra del sepulcro y la sorpresa fue de todos al hallar aroma de rosas y el Santo cuerpo desaparecido, es el mismo Santo Tomás quien ve elevarse el cuerpo de María al cielo y en señal lanza su fajín o cinturón que se conserva en una Catedral alemana como reliquia preciosa.
Ella es la perfecta cristiana
La Virgen María es la perfecta cristiana, la perfecta creyente, la prefiguración del Salvado porque es creatura humana como todos nosotros, y si Jesús es el perfecto salvador humano, tenía que haber una perfecta persona al modo de Jesús.
La tradición de celebrar la Asunción de María
La Asunción de la Virgen se celebra el 15 de Agosto de cada año debido a que así lo estableció la Iglesia y aunque en tiempos pasados muchas poblaciones salían en procesión este día, lo cierto es que en la actualidad parece que la fiesta ha dado paso a que se celebren otras.
El 15 de agosto es la fecha en que se consagró la Basílica de la Asunción en Jerusalén en el siglo V, el lugar del sepulcro de la Virgen, sepulcro vacío por supuesto.