(Texto original de Vieja Escuela Tattoo)
Gracias a Dios llevo varios años cargando al Cristo Yacente de El Calvario. Hace 10 años le prometí a la Consagrada Imagen del Cristo Yacente que lo llevaría en hombros, precisamente cuando salvó de la muerte a mi hijo.
Los doctores me dijeron a las 3 de la tarde de un lejano Viernes Santo que mi hijo no pasaba la noche. Salí del Hospital General San Juan de Dios y frente a mi estaba el anda del Cristo Yacente de El Calvario, misma que se había quedado parada como 20 minutos.
Durante ese tiempo, le supliqué con todo mi corazón que dejara que mi hijo viviera y a cambio de ello, yo le prometía que le llevaría en hombros el resto de mi vida.
Al día siguiente, el doctor me dijo que era un milagro que mi hijo estuviera vivo y así fue la bella forma en que conocía a mi yacente bendito.
¿Tienes una anécdota que contar? aquí no dejamos de hablar entre Cucuruchos y Cucuruchas.