(Texto original de Bryan López)
Todo empezó un día de julio del año 2011, cuando comencé a formar parte de la Hermandad de la Consagrada Imagen de Jesús de la Caída del Templo de San Bartolomé Becerra.
Estando ya en dicha hermandad, mi amor por Jesús de la Caída empezó a crecer al igual que mi devoción hacia él.
Transcurriendo el tiempo, acercándonos ya al Quinto Domingo de Cuaresma, el día de la Velación se llegó y la hora de almuerzo de aquel día también. No tenía nada de dinero para realizar mi tiempo de comida y me dio pena acudir a un socio de la hermandad para pedir prestado, pues yo era muy apenado en aquellos días.
Me fui a dar una vuelta a la manzana de la iglesia para que no me vieran que yo no había comido nada y dando esa vuelta estaba, cuando de pronto veo que en el piso había una bolsita hecha de tela morada, amarrada. Me fijé que no hubiese nadie y la recogí.
Para mi sorpresa, la bolsita estaba llena de dinero y empecé a llorar y dije gracias Dios por este bello milagro. Me fui corriendo al templo a depositar todo lo encontrado, solo tome para mi almuerzo y al momento de comer brotaban mis lágrimas porque sé que fue mi Jesús de la Caída que me dio ese bello obsequio. Y por eso titulo mi historia como ese milagro inesperado.
¿Qué anécdotas tienes que contar Cucurucho y Cucurucha? compártela en ésta comunidad que no se cansa de hablar de los testimonios y las manifestaciones de Dios en nosotros.