Por: Edwin García.
El año de 1983 fue un año difícil para la iglesia Católica en general y para las procesiones en particular.
El gobernante de turno, un fundamentalista a ultranza, habia desatado una guerra no declarada contra los católicos y enardecido a miembros de su misma religión en contra de todo aquello que tuviera que ver con la iglesia universal.
Ese año fue de mucha tensión y el viernes santo se suscitaron varios eventos que atentaron contra la religiosidad popular.
En la Recoleccion , la madrugada de ese viernes, entaron a robar a la sede de los Cruzados del santo sepulcro, en el Calvario estalló una bomba panfletera en la 7a avenida y 19 calle pocos metros antes de los ciriales, en santo Domingo fueron cortados los alambres que servian de tensores a las figuras de los caballos, ángeles y carretas que iban en las esquinas del anda de tal manera que, de no haberse detectado el problema, éstas se hubieran venido al suelo al momento de levantar el anda para iniciar el cortejo.
Afortunadamente en una revisión hecha al medio día de ese Viernes Santo se encontró que los tensores habían sido cortados y se trabajó contra el tiempo pues apenas faltaban 3 horas para el inicio del santo entierro, afortunadamente se logró subsanar el problema y todo se desarrollo de manera normal.
Ese año de1983 el Señor estrenaba túnica color turquesa, obsequio del expresidente de la hermandad don Eduardo Morales Cospin (es la misma que usó para la velación de septiembre de 2015).
Como ya hemos dicho antes, eran adornos con base en el apocalipsis y éste representaba el momento en que ángeles venidos de los 4 puntos cardinales sostenian los vientos en el momento del juicio final, adelante de la urna un personaje vestido de rojo con la marca 666 en la frente representaba a los condenados al fuego eterno, en la parte de atrás un hombre con vestiduras blancas como simbolo de los salvados y purificados del pecado, la urna sobre una base de color rojo y blanco en donde destacaban, en numeros romanos, los 10 mandamientos.