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Cuando la procesión del Calvario fue apedreada

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Este es un extracto del artículo publicado en un periódico, (se desconoce cual) con fecha Jueves 12 de abril de 1979.

Con una ferviente devoción, los señora Cecilio Pacheco, Pedro Loarca, Juan Chacón y Virgilio Morán Sosa han llevado en hombros al Cristo Yecente de El Calvario, imagen venerada desde 1643, cuando fue consagrada en su antiguo templo de la antigua capital del Reyno, actualmente ciudad de la Antigua Guatemala. 

Aunque no se tiene registro del año cuando salió por primera vez en procesión de Viernes Santo el Cristo Yacente de El Calvario, se considera que ya a finales del siglo pasado era una de las más tradicionales en la capital.

Página del articulo de El Calvario
Página del articulo de El Calvario

Los cuatro más antiguo cargadores coinciden en recordar que se iniciaron en el culto de la Semana Santa en esa iglesia, desde su temprana edad, cuando salían como cucuruchos «incensarios» dentro de una costumbre de veneración en la que se ha quemado fragante mirra e incienso adelante de las andas de las imágenes del Señor Sepultado y la Virgen Dolorosa.

El Señor Cecilio Pacheco, un hombre de 95 años de edad, rememora cómo en 1907 llevó en hombros por primera vez al Señor Sepultado de El Calvario, en ese entonces situado en el viejo templo, ahora desaparecido en la colina que era prolongación de la 6 avenida de la zona central.

Oriundo de San Juan Osctuncalco, siendo muy pequeño se vino a vivir con sus padres a la capital, y cuando contaba 23 años, principió una devoción que conserva hasta la fecha, no obstante, lo avanzado de su edad. Don Cecilio Pacheco es un hombre de gran energía y no aparenta los 95 años que pesan su existencia. De gran lucidez, recuerda el suceso en el cual «los hermanos separados» la emprendieron a pedradas contra la procesión.

Procesión de El Calvario

«Eso fue en 1912 -dice haciendo memoria- y sin más explicación, los «hermanos separados» azuzaron a un grupo de fanáticos de esta secta, para que al momento de salir la procesión le lanzaran piedras. Aunque el párroco, cuyo nombre no recuerdo, quiso persuadirnos de que regresáramos al Señor hacia el interior del templo, los feligreses que éramos cargadores de la imagen, nos opusimos y cambiando un poco el itinerario, realizamos el recorrido tal como se había hecho conforme nuestra tradición católica», expone don Cecilio.

Artículo de: Alfredo Saavedra, suplemento religioso, página 6 con el artículo titulado: «Cucuruchos con 65 años de cargar…»

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