ALTARES DE VIERNES DE DOLORES:
El concepto de “altar” posee un trasfondo teológico de gran profundidad. Desde los tiempos del Génesis, la presencia del altar curiosamente está vinculado al pasaje en que Dios decide anegar la tierra y preservar una simiente en la familia de Noé.
Es así, que el primer altar mencionado en la Biblia fue el que erigió Noé para ofrecer sacrificios de animales cuando salió del arca que lo había preservado con vida durante el Diluvio.
El sentido de trascendencia, hacia algo que está más alto que lo terreno; se expresa precisamente en la idea vertical del altar, presente desde tiempos inmemoriales en todas las religiones del mundo.
Avanzando hacia una preliminar caracterización, bien podríamos distinguir varios tipos de altares: desde aquellos permanentes, tal el caso de los ubicados en los Templos, los temporales o efímeros, destinados a ocasiones especiales y por último y en su interpretación original, los móviles que no son más, que aquellos portados en andas, tronos, parihuelas o pasos, destinados a salir fuera de los templos en una expresión de culto externo.
El advenimiento del Cristianismo de orden católico al Nuevo Mundo posterior a su descubrimiento, supuso la reproducción y reinterpretación de todo un sistema de fe, creado por la Iglesia Católica a lo largo de catorce siglos.
Aunque en el fondo de las creencias centrales permanecieron inalterables, fueron las formas las que sufrieron procesos inevitables de adaptación a un nuevo entorno y cultura.
Fue así, que el concepto occidental de “altar” fue adaptado al Nuevo Mundo, no siendo del todo desconocido por los pueblos prehispánicos quienes en su cosmogonía y sistema religioso lo tenían ya, como parte importante de su culto.
El centro de los altares es la divinidad y su propósito central, adorar, agradecer y pedir favores.
Por su parte, el altar de orden efímero se sitúa en el marco de una festividad y está dedicado a celebrar o rememorar un pasaje en la vida de Cristo, María o algunos de los Santos.
HOMENAJES DE AMOR Y DEVOCIÓN A LA MADRE DE DIOS
Dentro de este contexto, es preciso destacar los altares de Viernes de Dolores efímeros que en muchos templos y hogares, se dedican a honrar y recordar los pasajes dolorosos de la vida de la Santísima Virgen María.
Estos altares de Viernes de Dolores, tiene como elementos comunes, el uso de cortinas, damascos, flores y una gran cantidad de candelería.
En Guatemala, la memoria de los dolores de la Virgen María se realiza con gran interés, siendo motivo de gran movilización de fieles que visitan aquellos templos que resguardan célebres imágenes de la Virgen Dolorosa.
A nivel doméstico, se apartan de igual forma, espacios para erigir altares para la Virgen Dolorosa decorados con cortinas, flores, velas y en muchos casos, frutas tropicales propias de la época que mezclan su olor junto al del corozo e incienso.
Este Viernes de Dolores, te invitamos a dedicar un pequeño espacio en tu hogar dedicado la Virgen Dolorosa y posteriormente, a visitar en el Templo de tu predilección, la imagen de tu devoción, ubicada en su altar previamente realizado con mucha devoción y cariño.
Año con año, las velaciones del Viernes de Dolores es un día que representa un estado supremo de expectación.
Representa la víspera no sólo a un día, sino a una semana total de emociones, fervor y lo más importante, un genuina actitud de piedad que conduce a la conversión para todo católico y católica en Guatemala.